Retrato de la muchacha de rojo que dobló la esquina de casa en bicicleta soñando-despierta y que en realidad también soy yo
en días así
de humedad imperiosa
lacerante
febril
encuentro también el propósito de condensarme
elevarme
relampaguear
y volverme tormenta;
un pulso interno por entre el torrente sanguíneo revive también mis piernas y
éstas se sacuden y bailan
y chispeo por entre la noche como una ramita seca
y más allá de la ventana, ahora recluida al secreto,
aquel jardín crece y crece y vaya uno a saber cuándo fue la última vez que
alguien comió de ese níspero o cuándo fue que los sentimientos decidieron
abandonar nuestros cuerpos
como una diáspora anímica invisible
sí, ahora lo noto con mayor claridad,
hay algo, sí, que se retuerce por dentro y lleva patrones florales en pleno
invierno, sí
soy yo
soy yo
soy yo
volaré, lo haré,
saltaré por la ventana
ya no soporto verte del otro lado
y yo acá, sin hacer nada.